I. NUESTRA CAÍDA EN EL ANTROPOCENO
Estamos en medio de una coyuntura socio-histórica concreta y singular que, a su vez, se encuentra situada en una fase del desarrollo capitalista (neoliberal), la cual se enmarca en una Época histórica de larga duración: la Modernidad.
Sin embargo, el despliegue del capitalismo nos obliga a ampliar nuestra ubicación socio-temporal y conectarnos con la historia geológica de nuestro planeta ya que todo indica que nos encontramos, también, ante una nueva Era geológica: el Antropoceno.
“Nuestro viejo mundo, el que habitamos desde hace 12 mil años, se ha acabado”, nos informa el sociólogo marxista estadounidense Mike Davis. Para afirmar eso se apoya en lo que sostienen los miembros de una prestigiosa sociedad de geólogos británicos, la más antigua del mundo, expertos en la periodización de la Tierra. De acuerdo a sus investigaciones, si antes vivíamos en el Holoceno -una Era interglaciar “inusualmente estable” que posibilitó el desarrollo de la agricultura y la sociedad urbana hasta el capitalismo industrial-, ahora nos encontramos en la Era Antropocénica. Este cambio ocurrió gracias a “la aparición de la sociedad urbana e industrial como fuerza geológica.” El Calentamiento Global y el Ecocidio planetario han provocado un Cambio Climático que nos coloca en una nueva Era geológica que se caracteriza por la devastación ecológica “y la inestabilidad radical esperada en los ecosistemas del futuro.” (1)
Lo dramático del asunto es que esa nueva Era geológica, el Antropoceno, puede ser, justamente, la de la desaparición de la civilización humana y del mismo antropo como especie humana. De acuerdo con la historia geológica de la Tierra, nos debemos ubicar en el período Cuaternario, que empezó hace 1,600 millones de años y que llega hasta nuestros días. Este período se divide en el pleistoceno, la primera y más larga parte del periodo, el holoceno y, finalmente, el antropoceno. En la primera, evolucionaron los homínidos hasta el autodenominado homo sapiens; en la segunda, se desarrolló la civilización humana hasta el capitalismo; en la tercera, el capitalismo se volvió una incontrolable fuerza geológica destructiva que provocó un cambio geológico. Este cambio geológico puede resentirse por millones años. Es posible que cause la destrucción de la propia civilización humana y puede ser que dé lugar a la sexta extinción en masa más grande en la historia de la Tierra.
-Pero, ¿realmente entramos a una nueva Era? ¿El Antropoceno es inevitable? ¿Vivimos no sólo el final de una Era sino de la especie humana?
-Si entendemos que este cambio geológico no se debe al ser humano como especie, pues durante miles de años existió sin fracturar los intercambios metabólicos con la naturaleza, nuestras preguntas son otras.
-Ese cambio se debe a un sistema económico determinado: al capitalismo, y entonces las preguntas cambian. Nos debemos preguntar por las alternativas históricas, sociales y políticas al capitalismo.
-¿Acaso no es más necesario y urgente que nunca impulsar una sociedad ecosocialista que termine con el capitalismo ecocida para estabilizar el clima global, preservar los ecosistemas y dar una vida digna a los seres humanos?
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Estamos en medio de una coyuntura socio-histórica concreta y singular que, a su vez, se encuentra situada en una fase del desarrollo capitalista (neoliberal), la cual se enmarca en una Época histórica de larga duración: la Modernidad.
Sin embargo, el despliegue del capitalismo nos obliga a ampliar nuestra ubicación socio-temporal y conectarnos con la historia geológica de nuestro planeta ya que todo indica que nos encontramos, también, ante una nueva Era geológica: el Antropoceno.
“Nuestro viejo mundo, el que habitamos desde hace 12 mil años, se ha acabado”, nos informa el sociólogo marxista estadounidense Mike Davis. Para afirmar eso se apoya en lo que sostienen los miembros de una prestigiosa sociedad de geólogos británicos, la más antigua del mundo, expertos en la periodización de la Tierra. De acuerdo a sus investigaciones, si antes vivíamos en el Holoceno -una Era interglaciar “inusualmente estable” que posibilitó el desarrollo de la agricultura y la sociedad urbana hasta el capitalismo industrial-, ahora nos encontramos en la Era Antropocénica. Este cambio ocurrió gracias a “la aparición de la sociedad urbana e industrial como fuerza geológica.” El Calentamiento Global y el Ecocidio planetario han provocado un Cambio Climático que nos coloca en una nueva Era geológica que se caracteriza por la devastación ecológica “y la inestabilidad radical esperada en los ecosistemas del futuro.” (1)
Lo dramático del asunto es que esa nueva Era geológica, el Antropoceno, puede ser, justamente, la de la desaparición de la civilización humana y del mismo antropo como especie humana. De acuerdo con la historia geológica de la Tierra, nos debemos ubicar en el período Cuaternario, que empezó hace 1,600 millones de años y que llega hasta nuestros días. Este período se divide en el pleistoceno, la primera y más larga parte del periodo, el holoceno y, finalmente, el antropoceno. En la primera, evolucionaron los homínidos hasta el autodenominado homo sapiens; en la segunda, se desarrolló la civilización humana hasta el capitalismo; en la tercera, el capitalismo se volvió una incontrolable fuerza geológica destructiva que provocó un cambio geológico. Este cambio geológico puede resentirse por millones años. Es posible que cause la destrucción de la propia civilización humana y puede ser que dé lugar a la sexta extinción en masa más grande en la historia de la Tierra.
-Pero, ¿realmente entramos a una nueva Era? ¿El Antropoceno es inevitable? ¿Vivimos no sólo el final de una Era sino de la especie humana?
-Si entendemos que este cambio geológico no se debe al ser humano como especie, pues durante miles de años existió sin fracturar los intercambios metabólicos con la naturaleza, nuestras preguntas son otras.
-Ese cambio se debe a un sistema económico determinado: al capitalismo, y entonces las preguntas cambian. Nos debemos preguntar por las alternativas históricas, sociales y políticas al capitalismo.
-¿Acaso no es más necesario y urgente que nunca impulsar una sociedad ecosocialista que termine con el capitalismo ecocida para estabilizar el clima global, preservar los ecosistemas y dar una vida digna a los seres humanos?
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Què bueno que estèn de vuelta muchachos,no dejen pasar tanto entre post y post. Es imprescindible no bajar los brazos y seguir luchando y difundiendo este nuevo modo de entender el socialismo.
ResponderEliminarNos seguimos leyendo...
es genial!!
ResponderEliminarVa bien encaminado. De todas maneras, es iluso pensar en una "eco-expansión socialista" de la economía mediante aerogeneradores y paneles solares, porque parece que el artículo da por sentado que se puede sustituir el brutal consumo energético mundial mediante "renovables", sin más consideraciones que la emisión de GEI. Un ecomarxismo que se precie deberá estudiar muy cuidadosamente los límites entrópicos de estas tecnologías "verdes", cuestionando la existencia de gran cantidad de actividades económicas -el artículo lo obvia- verdaderamente prescindibles (aumentan PIB pero no satisfacciones humanas) y usarlas para satisfacer una economía que cubra las aunténticas necesidades de los seres humanos en la tierra.
ResponderEliminarY se deja en el tintero otra cuestión clave: ¿quien va a poner este cascabel en el gato del capitalismo "realmente existente"?